Cacimba Bistrô
Uno de las iniciativas gastronómicas más recientes de la isla y ubicado en la simpática Vila dos Remédios, Cacimba Bistrô es una de
las nuevas apuestas de la periodista Ana Clara Marinho con el chef del estado de Rio Grande do Norte Auricélio Romão, embajador
gastronómico del archipiélago y también responsable por el célebre restaurante Varanda, disponible aquí bajo Almuerzo. Aquí, el clima
es más intimista, para parejas y grupos de amigos degustaren manjares en mesas acogedoras con almohadas en el piso. El menú tiene
inspiración francesa con toques de la cultura brasileña y los platos homenajean amigos del chef y celebridades que pasan sus
vacaciones sus vacaciones en Noronha.
El galán de telenovelas Bruno Gagliasso, quizás el más noroñense de todos los actores de Globo, se volvió una rica empanada con
relleno cremoso de langostera (R$ 39), por ejemplo. Divide la atención para bocadillos con el Pastelito de carne seca con calabaza e
salsa de ají (R$ 29). Se recuerda a la actriz Giovanna Ewbank, esposa de Bruno, en un plato de langostera en la parilla con
mantequilla de alcaparras y curry, servida con arroz de coco y harina crocante de yuca salteada.
"Cuándo visitan mis restaurantes, les pregunto lo que les gusta comer. De allí, surge la inspiración. La última vez que vino a
Noronha, el esposo de la periodista Patrícia Poeta comentó que a ella le encantan los camarones empanados. Fue la pista que
necesitaba", se acuerda Auri. Entonces surgió uno de los hits del bistró. En homenaje a la presentadora del Jornal Nacional, el
Camarón a la Patrícia Poeta (R$ 58) está empanado en harina de pan con almendras y castañas de anacardo, servido con salsa de ají.
La cantora Fernanda Abreu se hizo en una ensalada de mix de hojas verdes, trocitos de pollo marinadas en salsa de curry y rodajas
de manzana verde con mango (R$ 42).
Enamorada por frutas rojas, la empresaria Maria do Céu fue homenajeada en una ensalada de camarones flambeados en el aceite y bayas,
con una mescla de hojas verdes (R$ 54). También se recuerda a los chefs amigos en la carta de la casa: por las manos de Auricélio, Zé
Amaria Sultanum se vuelve en un ceviche (R$ 34), Hea Soun Shin (la Rê) se transforma en un plato de sardinas crocantes empanadas con
harina especial y salsa de pimienta y miel (R$ 32), mentras el lato de filete de pescado con camarones al coco y jengibre (R$ 75) es
un tributo a César Santos.
En Cacimba, Auricélio también se aventura más en pastas y risottos. El Penne picante (R$ 69) mescla mariscos en salsa roja. El
Risotto de camarón cremoso (R$ 72) utiliza arroz integral al dente con crema de queso, jengibre, y sésamo. "Quiero seguir creando.
Pienso hacer un intercambio con el chef Thiago Freitas (Thaal Cuisine) para buscar inspiración en los platos tailandeses, pero sin
perder la esencia de mi cocina nordestina", enfatiza Auri.
Pousada Zé Maria
El empresario e chef Zé Maria Sultanum, simbol vivo de Fernando de Noronha, es responsable por gran parte de los adictos en
gimnasticas salieren de la dieta cuando visitan el archipélago. Se puede considerar el Festival Gastronómico de su posada - realizado
los miércoles y sábados, de las 20h a la media noche - un "Banquete de Babbete" de la isla paradisíaca. Hay más de 40 opciones de
platos calientes por noche, presentados en un detallado y festivo ritual. Como es prácticamente imposible probar de todo, ojo para
las sugerencias del anfitrión.
La paella gigante de mariscos con una cascada de camarones es una prueba obligatoria del buffet. Tampoco faltan pescados enteros
envueltos en hojas de bananeras o cortezas de sal, farofas (harinas salteadas, entre las cuales la de pan pasado con ajo crocante es
estupenda) y arroz de diversos tipos (el de yaca es uno de los preferidos de Zé Maria). Platos nordestinos, como carne seca con queso
fresco, cangrejos enteros y camarones con salsa de calabaza también están entre los más disputados de la mesa. Atención también
para los sushis y sashimis servidos dentro de sus propios pescados. Al final de la noche, la mesa es sustituida por postres:
mousses de frutas, pasteles y tartas, flanes, y dulces de chocolate. El banquete cuesta R$ 149 por persona y hay que hacer reserva
con bastante anticipación (el teléfono está en nuestra aba de Servicios), ya que aun los huéspedes pueden se quedar sin comida si
no se tocaren.
Pero si no consigues participar del festival, no hay drama. El restaurante de la Posada Zé Maria está abierto diariamente también
para los que no se hospedan allá. El menú cuenta con (impresionantes) 118 platos, creados por el proprio posadero con ayuda de su hijo
Tuca Sultanum. "Soy loco por el filete à la parmigiana y el de aquí lleva mi nombre. Es el mejor del mundo!) comenta Tuca. Todos los
precios de la carta terminan con el número "8", una superstición del espiritualista Zé. "Creo que este es el número 'exacto'. De la
misma forma que creo que les va a ayudar a elegir exactamente lo que desea comer ante tantas opciones", cuenta.
Personalidades de todo Brasil, amigos y familiares del empresario también se homenajean en algunos platos de la casa. El Camarón
picante de Datena (R$ 84,98), por ejemplo, es un tributo al famoso periodista de policía. La pareja de actores Giovanna Ewbank y
Bruno Gagliasso se representan en un pescado con salsa de hierbabuena y arroz de calamar con banana en la parilla (R$ 69,98). El
ex-gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos, da su nombre al arroz con yaca, jambú y sésamo (R$ 9,98). La carta aún incluye diversas
opciones de pizzas, sushis, sándwiches gourmet, y postres. Los tragos especiales merecen un capítulo a parte. El Amor Perfecto de
Vivi Volante (R$ 44,98), por ejemplo, se sirve en el ananás, con vodka, cointreau, jugo de la fruta y leche condensada, mientras
la Caip de Patrick Müller (R$ 29,98) lleva vodka Absolut, mango, frutilla, kiwi y extracto de lemongrass.
Del balcón del restaurante, el cliente puede mirar la "ensalada viva" de Zé Maria. En su propia huerta hidropónica, cultiva lechuga,
arrúgala, y aun el pepino que sirve de base para el sunomono y para las ensaladas del estabelecimiento que mantiene, con orgullo, hace
casi diez años. Además de abastecer su propia posada, la producción de Zé suple la demanda de otros restaurantes de la isla.
Eco Pousada Teju Açu
La Eco-Posada Teju Açu es una de las más solicitadas de la isla, y no por casualidad. Ubicada en medio del bosque de Boldró, fue
hecha de madera de repoblación forestal. La atención a la sustentabilidad también se percibe en la utilización de energía solar para
la calefacción de agua. El restaurante erguido en un hermoso balcón está abierto para huéspedes y visitantes y es bastante disputado
para la cena. La cocina es contemporánea, presentada con mérito por la joven chef Lívia Vasconcelos.
El genio tímido de Lívia puede engañar a los más céticos. A los 24 años, esta chica es un verdadero huracán al borde de la estufa.
Graduada en cursos de gastronomía en la UniNassau y Senac, ya tuvo oportunidad de hacer pasantías con el célebre chef paulista Alex
Atalla y fue asistente de nombres queridos de la cocina local, como Erick Damasceno y Leandro Ricardo. "Siempre que puedo, me voy a
Recife a participar de eventos culinarios. Mi pasatiempo favorito aquí en la isla es visitar los otros restaurantes, para saber lo
que mis colegas están creando", comenta Lívia. No por casualidad, además de sabrosos y servidos en porciones generosas, los platos
del restaurante se preparan con una velocidad increíble y con presentación impecable. La posada también ofrece algunos de los
mejores precios de la isla.
Con tantas opciones, es difícil elegir lo que pedir. El restaurante aun le da al cliente la oportunidad de montar su propia pasta,
con salsas y acompañamientos. Pero después de una rápida charla, Lívia sugiere lo que probemos. La ensalada del chef (R$ 39) lleva
salmón rellenado con crema de alcaparras. El mix de hojas verdes viene de la huerta hidropónica de la posada, donde se cultivan
hierbas, lechuga, y arrúgala. Un otro bueno pedido para picar es el Pulpo con polenta cremosa (R$ 29), cocido en leche de coco.
Para seguirlo, la sugerencia es una Piña colada, uno de los tragos más pedidos de la casa.
Entre los principales, tres platos roban la atención de los locos por mariscos. La Harmonía Dorada (R$ 65) es un filete de pescado
de la estación servido con aceite de alcaparras, puré de ñame, y arroz de castañas con camarones salteados. El Camarón con salsa de
caipirinha (R$ 69) viene con camarones gigantes (no exagero) empanados con harina panko y seguidos de risotto de calabaza y una salsa
de caipirinha (aguardiente de caña con limón), en una mezcla riquísima de ácido y dulce en la medida. Hay también la Belleza del Mar
(R$ 59), pescado en la parilla servido con arroz de castañas y un increíble puré de plátanos.
Si estás más interesado por carnes rojas, puedes pedir el Trio de filete (R$ 59), medallones de miñón al funghi seguidos de fideos
al pesto. Entre los postres, se destaca el Petit gateau Romeo y Julieta (R$ 29), una tartita caliente de cream cheese rociada de pasta
de guayaba, receta creada por el chef Leandro Ricardo y agregada al menú. El Mango Berry (R$ 24), mangos flambeados con jarabe de
mora y helado de crema, también está entre los que más agrada a los turistas. Para armonizar con la cena, se sugiere la carta de
vinos, con 42 marcas internacionales, con énfasis en los chilenos, españoles, italianos y portugueses.
Xica da Silva Restaurante
Una de las casas más hermosas y con menú más brasileño es fruto, créase o no, del sueño de una coreana. Nacida en Seul, Hea Soun
Shin - afectuosamente llamada de Rê por los lugareños y amigos - se fue aún chica a São Paulo, donde trabajaba con su familia en el
bullicioso comercio de la Rua 25 de Março. Después de años como comerciante, Hea logró ahorrar dinero para tomar sus primeras
vacaciones, en 1997, en el soñado archipiélago de Fernando de Noronha. Enamorada por el buceo, volvió otras veces como turista, hasta
que resolvió abandonar la más grande metrópolis de Latinoamérica para vivir en el paraíso, hace ocho años. Desde entonces, conoció
su marido, pescador de la isla, y decidió hacer una familia.
Empezó con cenas y pequeñas fiestas, hasta que la gana de montar su propio restaurante la tomó. "Me gusta comer todo. Carne seca,
chorizo, pastas. Creé sola el primer menú de Xica da Silva, poniendo platos que me gustaban cocinar, mi marca particular", recuerda
la simpática y autodidacta Hea. Hoy, siete años después, la empresaria tiene el sostén del también autodidacta chef Thiago Silva, su
brazo derecho en la cocina, para quien repasó gran parte de sus conocimientos de la estufa.
La variedad del menú es enorme, de pescados y mariscos a ensaladas, pastas y carnes. Uno de los platos más demandados por los
turistas (quienes componen casi 80% de los clientes) es, créase o no, el Chorizo Argentino (R$ 125), que sirve dos personas y viene
con crema de frijoles negros, harina de yuca salteada con huevos, arroz, papas fritas, y vinagreta. Esta concurre en popularidad con
el hit de la casa, el Pescado Mestizo (R$ 69). El plato - que representa la casa en diversos festivales gastronómicos - es el pescado
de la estación en la parilla, rociado con salsa de albahaca y harina de marañones salteados, seguido por puré de zapallo con
camarones y queso parmesano: es para morirse. Y no hay peligro de la casa quedarse sin este plato. Cuándo no hay pescados,
Hea pide al propio marido que se va al mar para pescar y servir el pescado fresco.
La Sinfonía de mariscos (R$ 169) solo gana con las pizcas creativas del chef Thiago Freitas. Aquí, los pescados, camarones,
langosteras, pulpos, calamares, y almejas llevan vino blanco y se comen con papas sautés y el imperdible arroz de pimienta "biquinho",
la cual también tiene mucho suceso en el reciente menú creado por ellos en el Ginga Bar. Los Escalopes de miñón (R$ 72) reciben una
cama de arrúgala y se sirven con arroz de shitake y puré gratinado de papas. Por sugerencia del chef, termine la cena con el
Brownie de la casa, que tiene una textura más mullida de pastel tradicional, servido con una bola de helado de crema.
Oriental con condimento brasileño, Hea tampoco se olvida de servir la tradicional feijoada de los domingos, que es un ensopado de
frijoles con carne. Xica da Silva tiene dos ambientes hermosos: un balcón externo y un salón climatizado, donde los clientes pueden
pedir una selectiva carta de vinos, con marcas de Brasil, Argentina, Italia, Portugal, y Chile, además de los champanes y
espumantes.